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domingo, 10 de noviembre de 2013

Sermón para el Retiro Congregacional

Sermón: ¿Podemos creerle a DIOS? ¡Entonces, No debemos temer!  
Retiro Congregacional Iglesia Metodista Villa Fontana 9 de noviembre de 2013

Génesis 15:1-12, 17-18
1 Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: —No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. 2–3 Pero Abram le contestó: —Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados. 4 El Señor le contestó: —Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. 5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo: —Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes. 6 Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo 7 y le dijo: —Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8 —Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram. 9 Y Dios le dijo: —Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma. 10 Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una mitad frente a otra; pero no partió las aves. 11 Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. 12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. 17 Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos. 18 Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo: —Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.

INTRODUCCIÓN. “Y Abram le creyó a DIOS.” (Gen. 15:6) Todo el mundo conoce este versículo. Por eso lo llaman a Abraham, “el Padre de la Fe,” porque siempre le creyó a DIOS. Pero, escuchemos bien lo primero que ocurrió en este pasaje bíblico. Lo primero que ocurrió fue que DIOS le habló a Abram. ¡Abram escuchó la dulce voz de DIOS! ¡ALELUYA! ¿Cuántos hemos escuchado la dulce, melodiosa y cariñosa voz de DIOS? Si tú no la has escuchado todavía, ¡Este es el Día que hizo el Señor! ¡Alerta! ¡Gózate! Pero, escuchemos bien La Palabra de DIOS. Lo primero que DIOS le dijo a Abram fue, que no tuviera miedo: “No tengas miedo, yo soy tu protector, Yo soy tu escudo, Yo soy tu Padre, Yo soy tu DIOS.” ¡Oigamos bien! {Repetir}
ATENCIÓN: Lo contrario de creerle a DIOS; lo contrario de la fe; el antónimo de la fe, no es dudar; lo contrario de la fe es tener miedo, temer a fracasar, temer a fallar, es desconfiar de DIOS. {REPETIR} ¡Oigamos bien La Palabra de DIOS! ¿Amén? Lo primero que se le dijo al Padre de la fe (a quien DIOS convertiría en Abraham, “padre de muchos”) fue: “No tengas miedo, yo soy tu protector, Yo soy tu escudo, Yo soy tu Padre, Yo soy tu DIOS.” ¡ALELUYA! ¿Saben algo? Esta es la primera vez que aparece DIOS diciendo: “No temas” en toda La Biblia. ¡Wow! Más de 50 versículos en donde aparece esta frase de fe. La segunda vez fue a Agar y la tercera a Isaac.
A la sierva Agar, madre de Ismael, el primer hijo de Abraham, DIOS le dijo también: “No temas.”
{Gen 21:17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.}


“No temas, yo estoy contigo, le diría a Moisés. También le diría a Josué, “No temas, como estuve con Moisés, así estoy contigo.” Jesús le diría a sus discípulos: “No teman, solo crean.” ¡ALELUYA! ¡Gloria a DIOS! No temer y creer van juntos de la mano.  Es la fe en DIOS.
El Apóstol Pablo le diría a los Filipenses, desde la cárcel (pero sin temor): “…nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, 21 que cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas.”
Jesús tampoco le tuvo miedo a Herodes y siguió su misión, sin miedo, sin temor. Por eso utiliza una imagen tan hermosa, como la de la gallina (la madre protectora) que guarda a sus pollitos debajo de sus alas (su escudo) para protegerlos. Así hace DIOS con nosotros(as). Por eso, si le creemos a DIOS, no hay que temer. Dígalo conmigo: ¡No tengo temor, ni miedo, porque DIOS está conmigo! ¡Amén!
Amados y Amadas: ¡Hay que creerle a DIOS! ¡Nos conviene creerle a DIOS! ¿Saben cómo podemos hacer esto? Confiando en DIOS. Confiar en DIOS es: descansar en ÉL, encomendarse a ÉL, fiarse en ÉL, reposar en ÉL, abandonarse a ÉL, entregarse a ÉL y no tener temor alguno porque ¡ÉL está con nosotros(as)! ¡Confiar en DIOS es creer en DIOS y es creerle a DIOS!
Amados: el tiempo que pasamos con DIOS tiene un impacto tremendo sobre nuestras vidas y sobre las vidas de aquellos que están a nuestro alrededor. Somos ejemplo para los demás. Los demás esperan ver nuestra fe puesta a prueba y salir victoriosa. ¿Amén? ¡No le permitamos al enemigo que nos enrede con críticas a la Iglesia, al pastor, a los hermanos, etc. ¿Amén? ¡Amén! Terminemos con eso. Si algo no nos gusta, oremos a DIOS para que lo cambie. A fin de cuentas, esta Obra le pertenece a DIOS. ¿Amén? ¡Amén!
Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y en oír su dulce voz, comienzan a ocurrir “cosas maravillosas,” cambios, sorpresas sublimes, emociones extraordinarias. Es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comienzan a ocurrir eventos, acontecimientos, aventuras de fe que transforman nuestra existencia, nuestras vidas y la de nuestras familias. Ocurren cambios extraordinarios en nuestras vidas. (Y las cosas que yo hacía, ya no las hago mas, hubo un cambio, cuando a CRISTO conocí...” )
Veamos algunas de las cosas que ocurren cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz (Hermanos y Hermanas ésta es nuestra parte, nuestra tarea; ¡dejemos lo demás a DIOS!):
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a desarrollar una perspectiva divina, santa, del Propósito de DIOS, del Plan de DIOS para nuestras vidas. Recuerdan el Salmo 27: El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? ¡Ay, hermanos y hermanas, que maravilloso plan tiene DIOS para cada una de nuestras vidas! DIOS ha dado mandamiento para salvarnos (Sal. 71.) DIOS envió a Su Único Hijo para salvarnos (Juan 3:16.) ¿Habrá un Plan más maravilloso que ese?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a ver las cosas con “ojos iluminados.” Todo se mira con una perspectiva divina; las penas, las alegrías, los problemas, las circunstancias, TODO, se vuelve más claro, más evidente. Las cosas que se miran con ojos iluminados por DIOS, se perciben con mayor claridad, con mayor sinceridad, franqueza, confianza, sencillez, naturalidad, con mayor transparencia. Ya no se ve solo “la apariencia,” sino que DIOS nos permite ver la esencia, la intención, la dimensión espiritual, la razón eternal, el toque del Reino. A esto le llaman “discernimiento espiritual.” ¡Wow! Nos conviene creerle a DIOS y pasar tiempo con ÉL. ¿Amén?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a entender cuáles son nuestros verdaderos problemas y cómo enfrentarlos. Cuando decidimos creerle a DIOS, las presiones de la vida comienzan a disiparse. Cuando “metemos mano” con DIOS y lo cogemos en serio y decidimos creer en Su Palabra y decidimos creerle cuando dice que no temamos, que ÉL nos defiende, ¡las presiones de la vida natural tienen que disiparse! No caben en un mismo corazón, las ansiedades y la Paz que DIOS nos da. ¡No caben! ¡No caben el temor y la fe! ¡No caben juntas! ¡No tratemos de acomodarlas juntas, que NO CABEN! ¿A ustedes no les ha pasado como a mí? Yo trato de “acomodar”, de hacer un huequito para mis ansiedades y angustias y problemas y culpas, y entonces trato de acomodarlas JUNTO con las promesas del Señor, con La Palabra de DIOS. Y lo que sale es una melcocha que me quita el sueño. ¡No caben! ¡No lo intentemos más! ¡Óigalo bien: cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, no caben las ansiedades del mundo y La Paz que solo CRISTO puede dar (el Shalom)! No quiere esto decir que no tendremos dificultades y angustias y aflicciones, no. Lo que Jesús nos dice es que recordemos (y que le creamos) cuando Él dijo: “¡En el mundo tendrán aflicciones, pero CONFÍEN, no tengan miedo, YO he vencido al mundo!” (Juan 16:33.) No debemos tener temor, porque ÉL está con nosotros(as) como poderoso gigante que nos defiende. Aunque vaya durmiendo en nuestra barca, ÉL va con nosotros(as). ¡ALELUYA! Aunque se levante viento y tempestad, no tenemos que tener temor, porque ÉL va con nosotros(as). Aunque andemos por el valle de sombra y de muerte, no tenemos que tener temor, porque ÉL va con nosotros(as). Nada nos podrá separar de Su Amor. Ni la angustia, ni la muerte, ni la vida, ni ninguna cosa creada, ni el temor, NADA. ¿Por qué temerle a un enemigo que ya fue vencido por CRISTO? Creámosle a La Palabra de DIOS y no a la fe tóxica que nos envenena el alma.
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comenzamos a experimentar PAZ. Jesús dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y tendréis PAZ en vuestras almas.” ¿Usted quiere conocer a alguien que pasara más tiempo con DIOS que Jesús, Su Hijo? No lo va a encontrar, porque su comunión era íntima, verdadera. Cuando uno tiene buenos padres, quiere pasar tiempo con ellos. ¿Saben qué? ¡Que aunque nosotros no queramos ser Sus hijos, DIOS quiere ser Nuestro Padre!
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comienza la Paz de DIOS a obrar en nuestros corazones. Jesús dijo: “Mi paz les dejo, mi paz les doy. Yo no la doy como el mundo la da. No tengan miedo…” Jesús prometió dejarnos Su Paz (Juan 14:27.) Y en este mundo lleno de problemas, uno de los más grandes beneficios de creerle a DIOS es tener Su Paz en momentos difíciles. Paz no es solo la ausencia de guerra, sino la tranquilidad y la ausencia del temor que inmoviliza. ¡Paz, Paz, Cuan grande Paz la que CRISTO da!
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, descubrimos muchas bendiciones que DIOS tiene para regalarnos a cada uno de nosotros(as). Una de esas bendiciones es la posibilidad, la bendición de vivir una intimidad sincera y personal con DIOS. ¿Oyó bien? Piense en algún amigo o familiar muy querido por usted, su intimidad no surgió de la noche a la mañana, fue el resultado de una larga y estrecha relación de amor, confianza y comunicación. ¿Habrá alguien que dice Amén? ¿Cómo podremos desarrollar una intimidad sincera y personal con alguien si no invertimos tiempo precioso (no solo del que sobra) con esa persona? ¡Imposible! De la misma manera, no podemos tener familiaridad con DIOS si no le damos importancia y sacamos tiempo para estar con ÉL. Hay que invertir tiempo en las relaciones humanas, ahora, imagínese con DIOS. ¿Estará DIOS hablando con alguien aquí en esta mañana? ¿Amén?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz; es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, DIOS nos permite tener un corazón puro. DIOS hará surgir en nosotros(as) aquellas cosas que le bendicen y simultáneamente, arrancará, de raíz, aquellas cosas que no le agradan a DIOS. Por eso, DIOS se inventó eso del arrepentimiento y perdón de pecados. DIOS nos ofrece muchas oportunidades para enmendarnos, para limpiar nuestros corazones.
LLAMADO
¿Recuerdan a David en el Salmo 51? {“Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas.”} Lo escribió como producto de su amarga conciencia de que había pecado contra DIOS y se arrepintió. Su arrepentimiento ocurrió como resultado de su relación íntima, sincera, estrecha con DIOS y porque sabía que no podía esconderse de DIOS. Por eso, clama en el v. 3: “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.” Si David no hubiese tenido una relación íntima y personal con DIOS, no le hubiese importado su pecado. Pero él sabía que había pecado contra DIOS. Ese reconocimiento, esa relación íntima con DIOS, le llevó al arrepentimiento y, como resultado, a la reconciliación con DIOS. Así mismo, cuando nosotros invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, y nuestra relación se hace estrecha, personal, íntima, sincera con DIOS, nosotros permitimos que nuestra relación con DIOS penetre hasta lo más profundo de nuestros corazones, hasta lo más oscuro de nuestros corazones y desde allí surja un grito de angustia y arrepentimiento. Desde allí, con la ayuda de DIOS, podemos encontrar fortaleza para ACEPTAR el admirable, profundo y maravilloso amor y perdón de DIOS, es decir, Su Gracia, para nuestras vidas. ¡Aleluya!
Yo creo que DIOS nos ha hablado hoy. Vengamos con corazones dispuestos a invertir tiempo y espacio para DIOS y vengamos decididos a creerle a DIOS. Jerusalén no quiso creerle y ya ustedes saben lo que le pasó: vino la destrucción. Por eso, Jesús lloró por esta ciudad {34 “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero ustedes no quisieron! 35 Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les digo que no volverán a verme hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”}. Pero, Jesús nos invita hoy a que recordemos Su Sacrificio y no lo hagamos vano, nulo, inútil, al contrario, que al recordarlo, nuestros corazones vengan arrepentidos y reciban perdón y reconciliación y nuestra intimidad sea sincera y estrecha con DIOS. Amén.

DIOS le dijo a Abram: “No temas, yo soy tu protector.” “Y Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo.”

domingo, 25 de agosto de 2013

El Dios que nos endereza

Lucas 13:10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; 11 y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13 Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios. 14 Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en el día de reposo, dijo a la gente: Seis días hay en que se debe trabajar; en éstos, pues, venid y sed sanados, y no en día de reposo. 15 Entonces el Señor le respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16 Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo? 17 Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él. 

INTRODUCCIÓN. Jesús la miró, la vio, la llamó, le habló, la tocó y la sanó. Aleluya! Jesús nos devuelve la entrada, la estancia, el derecho, el privilegio, la bendición, de vivir en la Casa de DIOS, en la Presencia de DIOS, en el Jardín Edénico, junto a DIOS, junto a Papá, en sus faldas, en su seno, en su regazo, acunados por DIOS. ¡Aleluya! 

Esa es la libertad que CRISTO ganó para nosotros(as) y es la libertad que nos ofrece hoy. Solo nos corresponde aceptar este regalo. Quizás tú quieras permanecer en el fango un ratito más, jugando, ensuciándote un poquito más. Pero recuerda: ÉL, sí, Jesús, tuvo que alejarse de DIOS (se sintió abandonado por Dios: “Eli, Eli, lama sabactani?”) para que nosotros(as) tuviésemos entrada al Reino. 

A nosotros(as), que como la mujer del relato bíblico vivíamos encorvados, incapacitados, discapacitados por la pobreza, por el pecado, la maldad, la opresión de este mundo, Jesús se acerca para decirnos, sin importar a quien le guste o no, sin importar “las autoridades” humanas, religiosas, políticas, sociales, que no se trata de religión, de ritos, ceremonias, ni ninguna de esas cosas; que se trata de DIOS; se trata de estar en la Presencia de DIOS, se trata de abrazar nuestra necesidad, nuestra pobreza y entregarla a Cristo; se trata de reconocer nuestra necesidad y abrazarla a Cristo; se trata de encontrarnos con Cristo EN nuestra debilidad, en nuestra enfermedad, en nuestra pobreza. Se trata de disfrutar la Presencia de DIOS. Se trata de saborear un sabor distinto, de perfumarte con un olor distinto (ese “perfume” que no lo venden en ningún lado.) Se trata de sentir y saber y de saber y sentir; de creer para ver y de ver creyendo (por fe). Se trata de arrancar y plantar. Se trata de conocer de cerca de DIOS, de tener una intimidad con DIOS. Una re-lación, un entrelazo, una unión profunda, íntima, amorosa, personal; con Dios. 

Hay muchas medicinas, brujería, ritos, terapias, yerbas, música, bailes, canciones, magias, modas, etcétera que se nos venden como paliativos, como “resuelves”, como “ponte esto, tómate aquello, duérmete con esto y tendrás un poquito de paz.” CRISTO, tu mejor amigo, te ofrece algo mejor. Te ofrece una llave, una puerta abierta, unos brazos extendidos esperándote, anhelándote, ansiando estar contigo y que tú estés con ÉL. ÉL te invita y ÉL paga. Confía. No importa cuánta oposición se levante, aun de los mismos líderes religiosos, como los Fariseos en la historia bíblica. No le hagas caso al que está a tu lado, mira a Jesús, llamándote, esperándote con los brazos abiertos. Con una hermosa sonrisa, como la sonrisa que quizás nadie jamás te haya dado. No una sonrisa hipócrita que te dice, “de los dientes pa’fuera” “te amo”, sino como una sonrisa dulce, apacible, sincera. 

Una sonrisa que te dice: “Aquí estoy; para ti. Ven conmigo. Yo te libro de tus ataduras; Yo te enderezo para que puedas alabarme y servir con libertad.” 

Oiga, amigo: Lucas narra un evento extraordinario. Jesús se encontraba en la Sinagoga. Allí había hombres, jóvenes y ancianos y, además, estaba esta mujer enferma por 18 años {Lc. 13:11 “y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.”} 

Esto, de por si, era muy extraño pues no se suponía que las mujeres entraran a las Sinagogas, ni que hablaran y, menos aun, que entrara una mujer enferma (lo que los religiosos consideraban como una persona “inmunda.” Fíjense que dice que ella tenía “un espíritu de enfermedad”.) Pero, ella estaba allí, porque CRISTO estaba allí; ella estaba allí porque había llegado el momento de DIOS para su vida; estaba allí porque sabía que Jesús podía sanarla; estaba allí porque DIOS quería libertarla y sanarla aquel día; porque Dios es el que añade los que van a ser salvos y sanos cada día. 

Estaba allí por la misma razón que tú y yo estamos hoy aquí. ¡ALELUYA! ¡Gloria a DIOS! ¿Amén? ¡No esperes más! ¡Este es el día que hizo el Señor para que nos gocemos y alegremos con ÉL! Ven, hoy, ahora, no esperes más. No esperes a que termine el culto. El momento es ahora. El altar siempre está disponible, abierto para ti. ¡EL que sana, está aquí; EL que endereza las cosas, está aquí; EL que libera, está aquí; el que abraza, está aquí! ¡Ven a ÉL! ¡Aleluya! 

Era un día sábado, un día especial, sagrado. El sábado era considerado como el día del “Shabbath”, Día del descanso. El mandamiento establece que se honre este día. No se puede trabajar, ni hacer trabajar a nadie. Para nosotros(as), en la iglesia cristiana, este día se celebra el domingo (“Dominicus,” el día del Señor, día de la Resurrección del Señor.) Es triste que uno de los mandamientos de DIOS haya sido escogido por los seres humanos como “caballito de pelea.” 

Todavía hoy, a pesar de lo que Jesús enseñó, seguimos peleando y discutiendo sobre este mandamiento. Hay algo que quiero decirles de parte de DIOS. Este mandamiento no se trata de ningún día de la semana. El día de descanso usted lo puede tomar cualquier día o de ratitos durante la semana. Fíjese que DIOS lo que hace es establecer un día de descanso, de reposo. Lo importante aquí es que DIOS mismo establece que ÉL trabajó 6 días y descansó el séptimo. Es decir, DIOS trabajó seis días y, luego, hizo una pausa, un receso, tuvo un descanso. ¡Hello! DIOS no se cansa, no se fatiga, no le da sueño, no le da miedo, no se quita, no se arrepiente, no se acobarda. Pero, oiga bien, ¡DIOS ama a sus hijos e hijas! A mi no me interesa lo que usted pueda creer o dejar de creer, yo le voy a creer a DIOS. Un DIOS que piensa en sus hijos(as.) ¡Aleluya! 

Miren, amados y amadas: DIOS le dio este mandamiento a un pueblo que llevaba 400 años esclavo en Egipto. Los esclavos no tienen días libres, ni descanso, ni le pagan horas extras, ni el salario mínimo federal, ni estatal, ni el “mascual.” ¡Por favor! ¡Entendamos que DIOS tiene planes de bendición para sus hijos(as)! ¿Amén? ¿Amén? ¿Amén? Planes de bendición. Lo que DIOS tiene para usted y para mí son B E N D I C I O N E S. 

Si, DIOS estableció un día de descanso, para un pueblo que no había conocido otra cosa que trabajo forzoso, abuso, maltratos, injusticia, atropello, opresión, explotación, hambre (¡Por 400 años!). Aquel pueblo lo que conocía era pobreza, escasez, penuria, limitaciones, igual que la mujer del relato bíblico, la mujer encorvada que llevaba 18 años con esa condición, ¿Qué usted quería? ¿Qué CRISTO se detuviese a dilucidar si teológicamente, sistemáticamente, exegéticamente, homiléticamente, por los caprichos de los religiosos, tenía que esperar a la consulta de la junta suprema, del Sanedrín judío, del CONSEJO DEL PACTO, para decidir si podía sanar a aquella mujer? 

¡DIOS actúa cuando ÉL quiera, con quién ÉL quiera, donde ÉL quiera, como ÉL quiera! ¡Para eso es DIOS! Pero lo mejor es que ¡DIOS quiere sanarte a ti y a mi, hoy! No dejes que te mientan más: DIOS quiere liberarte hoy. ¡No esperes a ver qué piensa el líder, el profe, el pastor! NO, NO, NO. 

DIOS quiere bendecirte hoy. ¿Qué me importa el qué dirán? ¡Nada! Yo quiero sentir y “saber” a CRISTO obrando en mí y a través de mí hoy, de aquí en adelante, conmigo y a través de mí en el servicio a los más necesitados. ¿Amén? El sábado, es un día de descanso ordenado por DIOS, que lo convirtieron en una atadura más. ¡Cuidado con la fe tóxica, amados! No te dejes engañar más. CRISTO nos hace libres para adorarlo, para servirle, para sentirlo, para abrazarlo, para entrar en intimidad con ÉL. ¿Amén? ¡Amén! 

DIOS estableció cada uno de los mandamientos con un propósito divino de bendecirnos. No descuidemos la lectura y aplicación de estos mandamientos; no como una tortura más, como una aflicción más, una atadura más; sino como una oportunidad que DIOS nos da de conocerle más íntimamente. ¿Amén? 

Llamado. 

A Jesús no le interesa discutir contigo, ni argumentar contigo. CRISTO tiene la solución a tu problema y quiere bendecirte. Solo está esperando tu respuesta. A los religiosos les encanta discutir que si Jesús está hablando de que las personas son más importantes que los animales, etc. “Bla, bla, bla…” ¿Qué importa eso, cuando se está hablando de la vida, de la salud, de la condición física, emocional, espiritual, de un hijo, de una hija de DIOS? ¡Hay, deja eso compay! 

Miremos el propósito de DIOS. Y sepamos que ¡El propósito de DIOS se cumplirá en mí y en ti! Eso no hay quién lo detenga. ¡Abre tu corazón a CRISTO y entrará el Rey de Gloria! 

La mujer del relato bíblico llevaba demasiado de tiempo, 18 años, con aquella condición que le atormentaba y, encima de eso, era considerada inmunda y estaba marginada, rechazada, por las creencias religiosas. Pero, ¡Llegó Jesús! Llegó el Poder, la Autoridad. Llegó el que podía y puede cambiar nuestro lamento en baile. No le importó lo que diría el rabino, los maestros de la ley, los fariseos, los sabuesos, los hombres y las mujeres, y ¡Llamó a la mujer enferma y la sanó! 

Me imagino cuán indignados estarían los líderes religiosos y los chismosos: “Mira, cómo llamó a esa mujer. Esa mujer está endemoniá, tiene espíritu de enfermedad, es inmunda, y ese Jesús la llamó. ¡Huy, esto huele mal! ¡Se ve muy mal!” 

Pero, dice el Evangelio que: “Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a DIOS.” 

Aquí habemos unos cuantos que necesitamos que Jesús nos toque y nos enderece. ¿Habrá algún(a) atrevido(a), valiente? ¿Cuántas costumbres, prejuicios, estilos, imágenes, enseñanzas antiguas, reglas, tendremos que dejar atrás para que DIOS enderece nuestro caminar? Ven. No temas. El que te puede sanar está hoy aquí. SE LLAMA: JESÚS. 

Anécdota. 

Una vez iba un hombre en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera, de pronto su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía. Pensaba que pronto podría encontrar qué era lo que tenía el auto pues hacía muchos años que lo conducía, sin embargo después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba el daño del motor. 

En ese momento apareció otro auto, del cual bajó un hombre a ofrecerle ayuda. El dueño del primer auto dijo: “Mira, este es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú, sin ser el dueño, puedas hacer algo.” El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo: “Bueno, haz el intento pero no creo que puedas pues este es mi auto.” 

El segundo hombre puso manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar. El primer hombre quedó atónito y preguntó: “¿Cómo pudiste arreglar el auto si es MI AUTO?” El segundo hombre contestó: “Verás, mi nombre es Felix Wankel. ¡Yo inventé el motor rotativo que usa tu auto!” 

¿Cuántas veces hemos dicho: Ésta es mi vida, es mi destino, es mi casa? Al enfrentarnos a los problemas creemos que nadie nos puede ayudar pues "es mi vida", "nadie comprende mi problema, pues es MI PROBLEMA." Pero nunca habíamos pensado en que la vida es creación de Dios, que ÉL hizo el tiempo, que te puso en esta tierra con un propósito y te entregó una familia. 

Solo aquel que es el autor de la vida puede comprenderte y ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida. ÉL está preparado, y tiene experiencia, para ENDEREZARNOS. ¿Quieres? Ven.

sábado, 17 de agosto de 2013

El sermón que hubiese predicado mañana, 18 de agosto de 2013

Sermón: “DIOS nos ofrece Su Reino; ¿Aceptamos?” 18 de agosto de 2013

Juan G. Feliciano-Valera, Pastor Iglesia Metodista de Puerto Rico

Textos (Año C)

Salmo 50:1-8, 22-23

1El Señor, el Dios de los dioses, ha hablado; ha llamado a los que habitan la tierra del oriente al occidente. 2 Dios resplandece desde Sión, la ciudad de belleza perfecta. 3 Nuestro Dios viene, pero no en silencio: delante de él, un fuego destructor; a su alrededor, una fuerte tormenta. 4 Desde lo alto, Dios llama al cielo y a la tierra a presenciar el juicio de su pueblo: 5 “Reúnan a los que me son fieles, a los que han hecho una alianza conmigo ofreciéndome un sacrificio.” 6 Y el cielo declara que Dios es juez justo. 7 “Escucha, Israel, pueblo mío; voy a poner las cosas en claro contigo. ¡Yo soy Dios! ¡Yo soy tu Dios! 8 No te censuro por los sacrificios y holocaustos que siempre me ofreces. 22 “Entiendan bien esto, ustedes que olvidan a Dios, no sea que empiece yo a despedazarlos y no haya quien los libre: 23 el que me ofrece su gratitud, me honra. ¡Yo salvo al que permanece en mi camino!”

Isaías 1:1, 10-20

1 Profecías que Isaías, hijo de Amós, recibió por revelación acerca de Judá y Jerusalén, durante los reinados de Ozías, Jotam, Ahaz y Ezequías en Judá. 10 Jefes de Sodoma, escuchen la palabra del Señor; pueblo de Gomorra, oye atentamente lo que nuestro Dios te va a enseñar. 11 El Señor dice: “¿Para qué me traen tantos sacrificios? Ya estoy harto de sus holocaustos de carneros y de la grasa de los terneros; me repugna la sangre de los toros, carneros y cabritos. 12 Ustedes vienen a presentarse ante mí, pero ¿quién les pidió que pisotearan mis atrios? 13 No me traigan más ofrendas sin valor; no soporto el humo de ellas. Ustedes llaman al pueblo a celebrar la luna nueva y el sábado, pero yo no soporto las fiestas de gente que practica el mal. 14 Aborrezco sus fiestas de luna nueva y sus reuniones; ¡se me han vuelto tan molestas que ya no las aguanto! 15 Cuando ustedes levantan las manos para orar, yo aparto mis ojos de ustedes; y aunque hacen muchas oraciones, yo no las escucho. Tienen las manos manchadas de sangre. 16 ¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus maldades! ¡Dejen de hacer el mal! 17 ¡Aprendan a hacer el bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!” 18 El Señor dice: “Vengan, vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré blancos como la lana. 19 Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra; 20 pero si insisten en ser rebeldes, morirán sin remedio en la guerra.” El Señor mismo lo ha dicho.

Hebreos 11:1-3, 8-16

Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no podamos verlo. 2 Dios aceptó a nuestros antepasados porque ellos confiaron en él. 3 Y nosotros creemos que Dios creó el universo con una sola orden suya. Lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse. 8 Abraham confió en Dios, y cuando él le ordenó que saliera de su tierra para ir al país que le daría, Abraham obedeció, aunque no sabía hacia dónde iba. 9 Abraham confió tanto en Dios que vivió como un extranjero en el país que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, igual que Isaac y Jacob, a quienes Dios también les había prometido ese país. 10 Abraham confiaba en que algún día vería la ciudad que Dios había planeado y construido sobre bases firmes. 11 Abraham confió en Dios y, por eso, aunque su esposa Sara no podía tener hijos y él era ya muy viejo, Dios le dio fuerzas para tener un hijo. Abraham confió en que Dios cumpliría su promesa de darle un hijo. 12 Por eso Abraham, aun cuando ya iba a morir, pudo tener tantos descendientes como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. ¡Nadie puede contarlos! 13 Todas las personas que hemos mencionado murieron sin recibir las cosas que Dios les había prometido. Pero como ellos confiaban en Dios, las vieron desde lejos y se alegraron, pues sabían que en este mundo ellos eran como extranjeros que estaban de paso. 14 Queda claro, entonces, que quienes reconocen esto todavía buscan un país propio. 15 Y que no están pensando en volver al país de donde salieron, pues de otra manera hubieran regresado allá. 16 Lo que desean es tener un país mejor en el cielo. Por eso Dios no tiene vergüenza de ser su Dios, porque les ha preparado una ciudad.

Lucas 12:32-40

32 “¡No tengan miedo, mi pequeño grupo de discípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino. 33 Vendan lo que tienen, y denle ese dinero a los pobres. Fabríquense bolsas que nunca se rompan, y guarden en el cielo lo más valioso de su vida. Allí, los ladrones no podrán robar, ni la polilla podrá destruir. 34 Recuerden que siempre pondrán toda su atención en donde estén sus riquezas. 35-36 Ustedes tienen que estar siempre listos. Deben ser como los sirvientes de aquel que va a una fiesta de bodas. Ellos se quedan despiertos, con las lámparas encendidas, esperando a que su dueño llame a la puerta para abrirle de inmediato. 37-38 ¡Qué felices serán cuando llegue el dueño a la casa, en la noche, o en la madrugada! Les aseguro que el dueño hará que sus sirvientes se sienten a la mesa, y él mismo les servirá la comida. 39 Si el dueño de una casa supiera a qué hora se va a meter un ladrón, lo esperaría para no dejarlo entrar. 40 Ustedes deben estar listos, porque yo, el Hijo del hombre, vendré a la hora que menos lo esperen.”

32 No temáis, manada pequeña; porque al Padre ha placido daros el reino.” (V. Reina-Valera, 1909.)

32 »No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.” (V. Reina-Valera, 1995.)

32“No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.” (V. DIOS Habla Hoy, 1998.)

32 “¡No tengan miedo, mi pequeño grupo de discípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino.” (V. Biblia en Lenguaje Sencillo, 2000.)

Cuando me preparaba para este sermón (aunque sabia que no iba a predicarlo), comencé con el tema de la fe. Era un tema “obligado,” “un pie forzao.” Leí, consulté, estudié y escribí. Salieron muchas páginas sobre el tema de la fe. Fue hermoso. Pero, DIOS tenía otro plan en mente y esta exhortación es el resultado de ser obediente a DIOS. ¿Para qué predicar tanta teología, si lo que DIOS espera es que confiemos plenamente en ÉL? ¿Que le creamos a ÉL? Dicho sea de paso, ESO es fe y teología (y de eso hablaremos también.)

Amadas y amados del Señor: vivimos en un mundo convulsionado por la desesperación. Estamos preocupados por todo. Todo se convierte en una razón para estar ansiosos. Estamos muy apegados de este mundo.

En medio de esa convulsión, ese torbellino, ese huracán de angustias, aparece DIOS con un mensaje refrescante. En medio de nuestras frustraciones, aparece DIOS con un bálsamo, con un baño de aguas frescas, un manantial de aguas puras y cristalinas. En medio de la tormenta, aparece DIOS, si, DIOS mismo, para hablarnos de Su Amor, de Su Gracia, de Su plan, de Su propósito para nuestras vidas.

¿No les parece oportuno que DIOS aparezca en estos momentos con un Mensaje de Esperanza, de Gracia, de Paz, de Salvación? Aparece DIOS para decirnos que:

“ No tengan miedo, manada pequeña, ovejas mías, mi pequeño grupo de discípulos; porque a vuestro Padre le ha placido darles el Reino, es decir, en su bondad, DIOS ha decidido darles el Reino.” (LC. 12:32)

Amadas y amados: Se cuenta la historia de un turista que fue a visitar un seminario en una vieja ciudad de Europa. Allí se encontraba uno de los más prestigiosos biblistas y teólogos del mundo. El visitante fue sorprendido al descubrir que aquel famoso profesor vivía en una pequeña habitación que solo contenía muchos libros, un escritorio, una silla y un camastro. ¿Dónde están sus muebles? Preguntó el turista. El profesor contestó: ¿Y dónde están los suyos? El sorprendido visitante contestó: Yo soy un turista, voy de paso por esta ciudad, mis cosas están en casa. Entonces el sabio teólogo contestó: Las mías también. Yo también estoy solo de paso por esta tierra.

Amadas y Amados: Somos peregrinos y extranjeros en esta tierra. Nuestro Padre nos espera en Casa; su Casa, nuestra Casa.

A DIOS le complace compartir Su Reino con nosotros (as); comenzando aquí y ahora, pero no restringido a esta tierra. Me parece razón suficiente para alabar a DIOS. “No tengan miedo, manada pequeña, ovejas mías, mi pequeño grupo de discípulos; porque a vuestro Padre le ha placido darles el Reino, es decir, en su bondad, DIOS ha decidido darles el Reino.” (LC. 12:32)

1. Somos ciudadanos de un reino eterno, un reino guardado, protegido, equipado. Un reino de luz, de gozo, de fiesta, de alabanzas. Un reino en donde hay paz. Ese reino comienza aquí, pero no termina aquí. Esta vida es una oportunidad para ensayar la gloria eterna que disfrutaremos con nuestro Padre. Cuando cantamos aquí, ensayamos para cantar allá. Cuando adoramos aquí, estamos experimentando la adoración perfecta que rendiremos allá.

2. Somos embajadores de ese reino. Somos representantes de ese Reino donde quiera que vayamos. Los embajadores viven en otras naciones por un tiempo. Allí son protegidos por soldados del reino que los envió; reciben paga y tienen todas sus necesidades cubiertas por la nación que los envió. Los embajadores no expresan sus opiniones, sino la posición y las decisiones del Reino que los envió y que los sostiene. Los embajadores no carecen de nada, sus países se encargan de tenerlos contentos y bien suplidos. La bandera que hondea sobre la embajada de ese reino, es la bandera oficial del reino que los envió. Para poder ser embajador hay que ser un buen ciudadano del reino. Hay que obedecer las leyes y estar al día con los impuestos, los deberes civiles y estar dispuestos a defender la nación por encima de toda otra consideración. No puede ser embajador de ningún reino, una persona que le roba al rey. No puede ser embajador del reino una persona que odia o maltrata a los hijos o hijas del rey. No puede ser embajador de ese reino, una persona que no conoce al Rey. En este reino, hay que conocer personalmente al Rey. En este reino hay que amar al Rey con todo el corazón, con toda la mente, con todas las fuerzas del alma. Los embajadores de este Rey hablan las Palabras de este reino, palabras de fe, de esperanza, de salvación, de salud, de restauración, de perdón, de amor, de bondad, etc. Los embajadores de este reino no chismean sobre los demás. Los embajadores de este reino NO quieren brillar ellos, sino que desean que brille El Rey. En este reino no hay lugar para los protagonistas de la fama, solo hay lugar para los siervos y siervas del Señor. Los embajadores de este reino solo saben una cosa, que fueron escogidos para servir, para comunicarle a los demás las virtudes de Aquel que les amó y les llamó de las tinieblas, de la calle, de las drogas, del pecado, de la muerte, de los corrillos de la mentira, de la cárcel de la culpa, de las solitarias cadenas, a la LIBERTAD. Solo anuncian que habían sido expulsados a la calle y fueron “buscados” y recogidos e invitados a ENTRAR de nuevo a la Casa de Papá. Invitados por el Rey a la Cena de Bodas, al Banquete preparado. A los que no tenían ropas adecuadas, se les dio un nuevo vestido, una nueva túnica. ¿Cuántos de esos habrá aquí esta mañana? ¿Cuántos son de la mañana pequeña, del rebaño de las ovejitas del Señor, del Buen Pastor? ¡Él dio Su Vida por rescatarnos, a ÉL sea la Gloria!

3. Somos colaboradores de DIOS en la expansión de ese reino, que sigue creciendo. “Co-laboradores,” es decir, que trabajamos juntamente, unidos, unánimemente, con un mismo sentir, en unidad de espíritu, con TODOS los demás ciudadanos del Reino de DIOS HACIA un mismo propósito, la misión de DIOS. Aquí no hay lugar para “llaneros solitarios” y superhéroes; aquí no hay espacio para adorar hombres, ni mujeres. Somos atalayas, heraldos del Rey, solo anunciamos las virtudes, las bondades, la justicia, las ordenanzas del Rey. Los colaboradores anuncian las misericordias del Rey, la Gracia del Rey, el Amor del Rey, la ternura del Rey. Los colaboradores del Rey anuncian el perdón que solo puede conceder el Rey, las oportunidades que nos concede el Rey.

4. Somos el Cuerpo de Cristo; continuamos SU MISIÓN, SU OBRA, mientras estemos aquí. Cristo sigue vivo a través de nosotros. ¿Me entienden? Tu y yo somos la continuación del Cuerpo de Cristo (“encarnaciones” de la Encarnación de DIOS.) Lo que Cristo comenzó, nosotros lo tenemos que continuar. ¿Amó Jesús? Nosotros tenemos que amar. ¿Perdonó Jesús? Nosotros tenemos que perdonar. ¿Restauró Jesús? Nosotros tenemos que restaurar. Lo único que no tenemos que hacer es morir, porque ya Cristo murió por nosotros, una vez, suficiente. Así se cumple el plan de DIOS. A DIOS, nuestro Padre, le ha placido darnos la oportunidad, el privilegio, la bendición, de participar, representar, colaborar y continuar con la expansión de Su Reino.

¿Cómo está nuestro récord, nuestro expediente, nuestras contribuciones, nuestros impuestos, nuestras prioridades, nuestra obediencia, nuestra fe? ¿Podrá DIOS usarnos, como siervos, como usó a Jesús, en Su Obra, Su reino, aquí y ahora? ¿O podremos excusas, razones, argumentos para justificar nuestro pobre cuidado y escasa utilización de los talentos que DIOS mismo nos ha concedido para realizar Su Obra? ¡Este Rey no deja solo a sus embajadores, envía su ejército a cuidarlos!

Alcemos su bandera HOY y pongamos Manos, Pies, Cabeza, fuerza y confianza en Su Obra. ¿Amén? ¡Amén! Recuerden lo que DIOS nos dice en el Salmo 50: 22 “Entiendan bien esto, ustedes que olvidan a Dios, no sea que empiece yo a despedazarlos y no haya quien los libre: 23 el que me ofrece su gratitud, me honra. ¡Yo salvo al que permanece en mi camino!”

Recuerden lo que DIOS nos dice en Isaías:

17 ¡Aprendan a hacer el bien, esfuércense en hacer lo que es justo, ayuden al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan los derechos de la viuda!” 18 El Señor dice: “Vengan, vamos a discutir este asunto. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, yo los dejaré blancos como la nieve; aunque sean como tela teñida de púrpura, yo los dejaré blancos como la lana. 19 Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra; 20 pero si insisten en ser rebeldes, morirán sin remedio en la guerra.” El Señor mismo lo ha dicho.”

Recuerden lo que DIOS nos dice en Hebreos 11.

DIOS nos está invitando a formar parte de Su Reino. Su Reino no es una organización, ni un país, ni un reino terrenal. Su Reino es un Organismo, un Cuerpo de Valientes, arrepentidos y perdonados, que han aceptado el reto de servir y seguir al Rey de Reyes y Señor de Señores. Un Cuerpo que proclama liberación, restauración, arrepentimiento y perdón de pecados, vida eterna, abundante y salvación para una eternidad con DIOS.

¿Quieres tener muchos muebles aquí o vida eterna con ÉL?

lunes, 12 de agosto de 2013

UN NUEVO COMIENZO

Llega el día en que tenemos que comenzar de nuevo. Comienzan las clases, los niños a la escuela, los jóvenes a la universidad. Comienza el “corre-corre.” Comienza la prisa a ejercer su liderato. Los gastos aumentan, los horarios se trastornan nuevamente, los alimentos, la ropa, los uniformes, el dinero, las responsabilidades; todo comienza a tomar otro giro, otro color, otro sabor. Es una rutina anual. Pero, en agosto, con el calor, con las deudas acumuladas del verano, el peso se torna traumático.

Sin embargo, todo este trajín, toda esta carga emocional, financiera, física, toma un significado extraordinario si colocamos nuestra mirada en la meta, en el blanco, en el objetivo: ser educado, ser transformado. Al final de este esfuerzo hay una recompensa. Saber que todo lo hacemos para que nuestros hijos o nosotros mismos logremos nuestras metas académicas que nos preparen para una mejor calidad de vida. Nuestros hijos crecerán, serán educados y desarrollarán su personalidad a plenitud. ¡Qué maravilla! ¡Aleluya!

¿Cuántas veces nos olvidamos del resultado final en el camino?

¿Cuántas veces perdemos de vista que “al final del túnel” hay luz?

¿Cuántas veces se nos olvida que todo este esfuerzo tiene una consecuencia positiva?

Además, siempre está DIOS, ahí. Además, está Su Presencia Prometida. DIOS no nos abandona, ni aun “en el día malo.” DIOS no nos abandona ni en “la noche oscura del alma.” No nos abandona “ni de noche, ni de día.”

Hay momentos en los cuales perdemos la visión y debemos depender de La Luz Iluminadora del Espíritu Santo de DIOS para que nos guíe. Por eso es importante cultivar una relación íntima con DIOS. Por eso nos conviene estar “conectados” con DIOS.

¿Recuerdan lo que les dije el domingo pasado? El conocimiento se adquiere y se desarrolla. La inteligencia nos permite entender el conocimiento, pero solo la sabiduría nos concede el privilegio de aplicar correctamente lo aprendido. Por esa razón nosotros no podemos darnos el lujo de perder la visión que nos ha dado DIOS para SABER que DIOS está con nosotros en todo momento. “Si DIOS es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?”

Adquiramos sabiduría y no solo conocimientos. Dice la Escritura que “el principio de la sabiduría es el temor de DIOS.” (Prov. 1:7.) Procuremos entender que nuestra preparación académica es importante, pero nuestra búsqueda de la sabiduría es vital. Cuando perdemos esta visión, perdemos la oportunidad de aprender a saber que lo importante no es graduarse, ni obtener un diploma; lo importante es lograr obtener sabiduría para utilizar y aplicar los conocimientos sabiamente en el mundo que nos ha tocado vivir.

Por eso, es importante saber que el proceso mediante el cual logramos obtener los conocimientos es importante para el desarrollo de nuestra vida. Se aprende en el proceso. Se aprende mientras se gatea; mientras se camina; en la preparación; en la escuela o institución. Se aprende a tratarse con amabilidad, a pesar de la prisa, el calor, las frustraciones. Se aprende en la tarde, en la mañana, en la noche. Todo el tiempo estamos aprendiendo. Amados y amadas en el Señor: les hablo como Pastor. Procuremos que este “retorno a la escuela” sea una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del aprender sabiduría, no solo conocimientos. Aprovechemos esta oportunidad que DIOS nos concede para hacer de este proceso uno de provecho para toda la familia y la comunidad. Además, está DIOS, ahí. Siempre dispuesto a bendecirnos, a acompañarnos y a guiarnos por El Camino de la Verdad y la Sabiduría. “El que esté falto de sabiduría, pídala a DIOS, quien la da abundantemente y sin reproches” (Santiago 1:5.) No dejemos de traer a los niños a la Casa de Su Padre Celestial. Ellos necesitan aprender a saber que DIOS siempre está con ellos. Si no les enseñamos ahora, después nos lamentaremos. Aprovechemos, pues, esta oportunidad que nos concede DIOS de practicar nuestra fe en Jesucristo.

Procuremos la sabiduría.

AMOR EN LA LATITA DE LECHE

Dos hermanitos, vestidos con harapos, uno de cinco años y el otro de diez, iban pidiendo un poco de comida por las casas del barrio. Estaban hambrientos. -"Vayan a trabajar y no molesten", se oía detrás de una puerta; "¡Aquí no hay nada!", decía otro. Las múltiples frustradas entristecían a los chicos. Por fin, una señora, muy atenta, les dijo: -"Voy a ver si tengo algo para ustedes, ¡pobrecitos!" Y volvió con una latita de leche.

¡Qué fiesta! Los dos se sentaron en la acera. El más pequeño le dijo al de diez años: “Tú eres el mayor, toma tu primero" y lo miraba con sus dientes blancos, con la boca medio abierta, relamiéndose.

Yo contemplaba la escena como un tonto. ¡Si vieran al mayor, mirando de reojo al pequeñito! Se llevaba la lata a la boca, hacía de cuenta que bebía y apretaba fuerte los labios, para que no le entrara ni una sola gota de leche. Después, extendía la lata y le decía al hermano: "Ahora es tu turno; pero toma solo un poquito." Y el hermanito, daba un trago y exclamaba: -"¡Qué rica!” "Ahora yo," decía el mayor y se llevaba a la boca la latita, ya medio vacía, pero no bebía nada. "Ahora tu,” “Ahora yo,” “Ahora tu,” “Ahora yo."

Después de tres, cuatro, cinco o seis tragos, el menorcito, de cabello ondulado, barrigoncito, con la camisa por fuera, se acabó toda la leche... él solito.

Esos "ahora tu", "ahora yo", me llenaron los ojos de lágrimas. Y entonces, sucedió algo que me pareció extraordinario: el mayor comenzó a cantar, a bailar, a jugar fútbol con la lata de leche vacía. Estaba radiante, con el estómago vacío, pero con el corazón rebosante de alegría. Saltaba con la naturalidad de quien no hace nada extraordinario o, aún mejor, con la naturalidad de quien está habituado a hacer cosas extraordinarias, sin darles mayor importancia. Ese día al ver a aquél muchacho, comprobé una gran lección: "Quien da, es más feliz que quien recibe." Es así como debemos amar. Sacrificándonos con tanta naturalidad, con tal elegancia, con tal discreción, que los demás ni siquiera puedan agradecernos el servicio que les prestamos. Encontrar felicidad al hacer la vida de alguien un poco mejor, con más gusto de ser vivida, eso es sabiduría de Dios.

Cerca de nosotros, siempre hay alguien que necesita de nuestro hombro, de nuestro consuelo y, aún más, de un poco de nuestra paz.

Vivamos sencillamente dando, sirviendo; para que otros puedan sencillamente vivir, recibir y agradecer. Así nos ayude DIOS.

Cada uno de nosotros tiene sus propias latas. Todos somos latas de leche medio llenas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar cada gota para bendecir a alguien.

Sigamos adelante, DIOS nos ama y nos quiere usar para Su Gloria. Amén.

domingo, 4 de agosto de 2013

¿Qué es la inteligencia espiritual cristiana?

Sal. 107:1-9, 43

1 Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor es eterno. 2 Díganlo los que el Señor ha salvado, los que salvó del poder del enemigo, 3 los que reunió de entre los países del norte y del sur, del este y del oeste. 4 Andaban perdidos por el desierto arenoso, sin hallar el camino a una ciudad donde vivir; 5 tenían hambre y sed, ¡estaban a punto de morir! 6 Pero en su angustia clamaron al Señor, y él los libró de la aflicción. 7 Después los puso en el buen camino hacia una ciudad donde vivir. 8 Den gracias al Señor por su amor, ¡por lo que hace en favor de los hombres! 9 Pues él apaga la sed del sediento y da abundante comida al hambriento. 43 El que es inteligente, debe tener esto en cuenta y comprender el amor del Señor.

Oseas 11:1-11

1 “Cuando el pueblo de Israel era niño, yo lo amaba; a él, que era mi hijo, lo llamé de Egipto. 2 Pero cuanto más lo llamaba, más se apartaba de mí. Mi pueblo ofrecía sacrificios a los dioses falsos y quemaba incienso a los ídolos. 3 Con todo, yo guié al pueblo de Efraín y lo enseñé a caminar; pero ellos no comprendieron que era yo quien los cuidaba. 4 Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer, 5 pero ellos no quisieron volverse a mí. Por eso tendrán que regresar a Egipto, y Asiria reinará sobre ellos. 6 La espada caerá sobre sus ciudades y acabará con sus fortalezas, destruyéndolos a causa de los planes que hacen. 7 Mi pueblo persiste en estar alejado de mí; gritan hacia lo alto, pero nadie los ayuda. 8 “¿Cómo podré dejarte, Efraín? ¿Cómo podré abandonarte, Israel? ¿Podré destruirte como destruí la ciudad de Admá, o hacer contigo lo mismo que hice con Seboím? ¡Mi corazón está conmovido, lleno de compasión por ti! 9 No actuaré según el ardor de mi ira: no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios, no hombre. Yo soy el Santo, que estoy en medio de ti, y no he venido a destruirte.” 10 Ellos seguirán al Señor, y él rugirá como un león. Rugirá, y los suyos vendrán temblando de occidente. 11 “Como aves, vendrán temblando de Egipto; vendrán de Asiria, como palomas; y haré que habiten de nuevo en sus casas. Yo, el Señor, lo afirmo.

Col 3:1-11

1 Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2 Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. 3 Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. 4 Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria. 5 Hagan, pues, morir todo lo que hay de terrenal en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni se deje llevar por la avaricia (que es una forma de idolatría). 6 Por estas cosas viene el terrible castigo de Dios sobre aquellos que no lo obedecen; 7 y en su vida pasada ustedes las hacían. 8 Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes. 9No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían, 10 y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente. 11 Ya no tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.

Lucas 12:13-21

13 Uno de entre la gente le dijo a Jesús: Maestro, dile a mi hermano que me dé mi parte de la herencia. 14 Y Jesús le contestó: Amigo, ¿quién me ha puesto sobre ustedes como juez o partidor? 15 También dijo: Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. 16 Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. 17 El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha.’ 18 Y se dijo: ‘Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. 19 Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida.’ 20 Pero Dios le dijo: ‘Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?’ 21 Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.”

INTRODUCCIÓN: Las Inteligencias Múltiples.

Tipos de inteligencia

 Inteligencia lingüístico-verbal

 Inteligencia lógica-matemática

 Inteligencia espacial

 Inteligencia musical

 Inteligencia corporal cinestésica

 Inteligencia intrapersonal

 Inteligencia interpersonal

 Inteligencia naturalista

 Inteligencia Espiritual

Pero, ¿Qué es la inteligencia espiritual cristiana? La inteligencia espiritual cristiana es la sabiduría que viene de Dios; equivale a comprender el amor del Señor.” ¿Amén?

“El que es inteligente, debe tener esto en cuenta y comprender el amor del Señor.” (Salmo 107:43)

Jesús dijo: “Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas... El hombre que amontona riquezas para sí mismo, es pobre delante de Dios.” (Lucas 12:15, 31.)

¿Cuál camino queremos seguir: La inteligencia de DIOS o las riquezas pasajeras? (¡Se las puse difícil!) ¿A quién no le gustaría disfrutar de riquezas materiales? Seamos sinceros: ¡A todos nosotros nos gustaría disfrutar de suficientes recursos económicos! Pero Jesús nos enseña que debemos cuidarnos de la avaricia, de la codicia, de la envidia, del egoísmo, de la ambición. ¿Hay algún Amén en la Casa de Papá? Mejor todavía, La Palabra nos enseña que seamos inteligentes, entendiendo el Amor del Señor.

La raíz del asunto que enseña Jesús es la avaricia o, como dicen algunas de las versiones bíblicas más antiguas, la codicia. La codicia es el deseo de tener más de lo que uno realmente tiene y muchas veces por envidia de lo que tienen los demás. No sólo lleva a la lucha, a la pelea, a la discordia, sino que también expresa una actitud fundamental errada hacia la vida, según la cual las posesiones son todo lo que realmente importa. La codicia es el amor a las riquezas. Nuestra cultura nos enseña que si el vecino se compra un Blue Ray que graba, yo quiero uno igual o mejor; si el vecino le compró unos tenis de $200 al nene, yo quiero unos de $300; si en la TV anuncian un producto nuevo, yo quiero obtenerlo, no importa lo que cueste o el sacrificio que tenga que hacer para comprarlo. Hemos sido heridos por una mentalidad consumerista, una mentalidad de “Plaza,” de “Mall,” de “Town Center.” Vivimos para comprar, para comer, para gastar y coger “fiao.” Yo soy el primero en esa lista, lo confieso. Pero, ¿Saben qué es lo peor? Que esto demuestra una fe muy pobre en DIOS. Esto demuestra que no le creemos a DIOS. ¡“Si DIOS cuida de las aves, cuidará también de mi”! DIOS sabe de lo que tenemos necesidad, pero vivimos tratando de ayudar a DIOS, por “el qué dirán.” El tipo de vida que solo se preocupa por comprar, gastar y consumir, está gobernada por la codicia. PERO, hay algo mucho mejor; hay una vida mucho más fructífera, más valiosa. Es la vida que comprende, que acepta, que acaricia, que aprecia, el Amor de DIOS. ¿No es tan difícil, verdad? “El que esté falto de sabiduría que la pida a Dios, Quien la da abundantemente y sin reproches.” (Santiago 1:5).

APLICACIÓN

¿Qué es lo que tenemos que tomar en cuenta para comprender el amor del Señor? (Veamos el Salmo 107)

1. DIOS es bueno;

2. Su amor es eterno;

3. El Señor nos ha salvado; nos salvó del poder del enemigo;

4. Nos ha hecho una gran nación, una gran familia, una gran comunidad de fe; nos reunió de entre los países del norte y del sur, del este y del oeste; ahora pertenecemos a Su Reino, somos ciudadanos del Reino de DIOS; somos algo mas, somos hijos de DIOS, coherederos con Cristo, somos nación santa, pueblo adquirido por DIOS, somos embajadores de Cristo, colaboradores de Dios, llamados por DIOS para servir en Sus Obras (“que El preparó de antemano para que nosotros anduviésemos en ellas.” Efe. 2:10)

5. Andábamos perdidos por el desierto arenoso, sin hallar el camino a una ciudad donde vivir; teníamos hambre y sed, ¡estábamos a punto de morir! Pero en nuestra angustia clamamos al Señor, y Él nos libró de la aflicción. Después nos puso en el buen camino hacia una ciudad donde vivir. ¡Fue DIOS quien nos trajo a la Iglesia! ¡Fue DIOS quien nos puso en este Camino! Camino de santidad. ¿Amén?

6. El Señor apaga la sed del sediento y da abundante comida al hambriento. En otras palabras, DIOS provee a todas nuestras necesidades. ¿Habrá alguna Amén en la Casa de DIOS esta mañana? Ahora veamos lo que dice el profeta Oseas:

7. DIOS ama a su pueblo, como a un hijo; aunque ese hijo sea infiel (2 Pero cuanto más lo llamaba, más se apartaba de mí. Mi pueblo ofrecía sacrificios a los dioses falsos y quemaba incienso a los ídolos; Yo les enseñé a caminar; pero ellos no comprendieron que era yo quien los cuidaba. 4 Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer, 5 pero ellos no quisieron volverse a mí.) (Oseas 11) ¡Aunque tú no quieras ser Su Hijo, DIOS quiere ser Tu Padre!

8. Veamos ahora qué nos dice el Apóstol Pablo sobre lo que tenemos que hacer para conocer y comprender el amor del Señor. Dice el Apóstol: que debemos creer que DIOS nos ha resucitado con Cristo. Ya no vivimos la vida anterior, la vida pasada; ahora tenemos una nueva vida (“zoé”); una vida eterna, y abundante, en Cristo Jesús, Señor nuestro.

POR LO TANTO:

La inteligencia espiritual cristiana (“Sabiduría”, en el lenguaje bíblico) que se espera que pongamos a funcionar en nuestras vidas es la siguiente:

1. Que aprendamos a buscar las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de DIOS. En otras palabras, que aprendamos a pensar en las cosas del cielo, no en las de la tierra. {Sabiduría es ejercitar, practicar, poner por obra La Palabra de DIOS. El conocimiento se adquiere y se desarrolla. La inteligencia nos permite entender el conocimiento, pero solo la sabiduría nos concede el privilegio de aplicar correctamente lo aprendido. Por esa razón nosotros no podemos darnos el lujo de perder la visión que nos ha dado DIOS para SABER que DIOS está con nosotros en todo momento. “Si DIOS es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?” nos dice Pablo. También nos dice que “no nos conformemos con los criterios (la forma de ver las cosas) de este tiempo; si no que cambiemos de forma de pensar (transformación) para que podamos entender y saber lo que DIOS quiere para nosotros, lo que es bueno, agradable y perfecto (para que tengamos Sabiduría)” (paráfrasis de Rom. 12:2.)

2. La inteligencia espiritual cristiana (Sabiduría) que se espera pongamos a funcionar en nuestras vidas es que entendamos que, ya que morimos a la vida natural (nuestra vieja criatura), DIOS nos tiene reservado, disponible, provisto el vivir con Cristo. Yo les confieso que yo prefiero vivir para Cristo; yo prefiero la vida de Cristo que la mía propia. Yo prefiero ser un sencillo siervo de DIOS que un gran esclavo del pecado. ¿Habrá algún Amén en la Casa de DIOS esta mañana? Cristo mismo es la vida de nosotros. ¿Hello? Ya no vivimos nosotros, Cristo vive en y por nosotros. Ya no tenemos problemas, ahora son de Cristo. Ya no tenemos deudas, ahora son de Cristo. Ya no tenemos enfermedades, ahora son de Cristo. Ya no tenemos peleas, ahora son de Cristo. ¿Alguien se atreve a gritar un Amén bien fuerte?

3. La inteligencia espiritual cristiana (Sabiduría) que se espera que pongamos a funcionar en nuestras vidas es que hagamos morir todo lo que hay de terrenal en nosotros: a. que nadie cometa inmoralidades sexuales, b. que nadie haga cosas impuras, c. que nadie siga sus pasiones y malos deseos, d. que nadie se deje llevar por la avaricia (que es una forma de idolatría).

4. La inteligencia espiritual cristiana (Sabiduría) que se espera que pongamos a funcionar en nuestras vidas es que obedezcamos a DIOS. Es decir, que aunque en nuestra vida pasada hacíamos toda clase de mal, ahora dejemos todo eso: a. el enojo, b. la pasión, c. la maldad, d. los insultos y e. las palabras indecentes.

5. La inteligencia espiritual cristiana implica que ya no nos digamos mentiras los unos a los otros, puesto que ya nos hemos despojado de lo que antes éramos y de las cosas que antes hacíamos, y nos hemos revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo ser humano, que se va renovando a imagen de DIOS, Su Creador, para llegar a conocerlo plenamente. ¡Aleluya! ¡Amén!

6. La inteligencia espiritual cristiana (Sabiduría) que se espera que pongamos a funcionar en nuestras vidas es que entendamos que ya no tiene importancia el ser griego o judío, puertorriqueño o americano, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, millonario o pobre, sino que Cristo es todo y está en todos.

Por esto Jesús enseñó esa parábola a sus discípulos; por eso el Salmista escribió estos versos; por eso el profeta ilustró la imagen del DIOS-Padre; por eso el Apóstol le escribió a los colosenses; para que conociesen el Amor inefable de DIOS. Y por eso DIOS ha permitido que Su Palabra Viva, sea revelada a nosotros(as) y se convierta en el Rhema de DIOS.

LLAMADO: En la Mesa del Señor hay un lugar para ti; se te ha invitado. ¿Quieres venir a cenar con el Señor? Los amados de DIOS han sido invitados a participar. ¿Haz conocido Su Amor y cuánto te ama el Señor? Ven. No retraces tu bendición.

El dinero no puede comprarlo todo; no puede comprar una relación con DIOS. Los discípulos no debemos preocuparnos por la comida y el vestido (las dos necesidades esenciales para el cuerpo) como si fueran las cosas más importantes. La persona misma, el ser humano, es lo más importante para DIOS. Por eso, cada vez que maltratamos a un hermano o hermana, un hijo o hija de DIOS, estamos maltratando a DIOS mismo.

Si DIOS alimenta a toda ave que vive sin preocupaciones y viste a las flores, seguramente más aun proveerá lo que es necesario para sus hijos. En cualquier caso, las preocupaciones no pueden de modo alguno prolongar la vida de una persona. En un mundo donde la gente vive en una carrera desesperada, buscando mejores condiciones de vida, los discípulos deben buscar primero la voluntad de DIOS y su salvación; entonces encontrarán que hay Quién cuida de todas sus necesidades materiales.

Por lo tanto, se nos invita a asegurar nuestro deseo de un tesoro celestial que no pasará. Se nos invita a confiar en DIOS y a poner en orden nuestras prioridades. En una palabra: se nos invita a buscar las cosas de Arriba. Se nos invita a ser inteligentes.

Si hemos resucitado con Cristo, ya participamos de Su Vida Resucitada y así nuestras vidas han de ser diferentes. Nuestros intereses deben estar enfocados en Cristo; nuestras mentes, nuestros deseos, ambiciones y en realidad toda nuestra perspectiva completa, han de estar centradas en el reino celestial donde Él gobierna y a donde pertenecen definitivamente nuestras vidas.

RECORDEMOS: nuestra nueva vida está escondida con Cristo en Dios. Allí está segura y nadie puede tocarla. ¡El discípulo cuya mente realmente está ocupada en las cosas celestiales será de máximo provecho terrenal! ¿A quién podremos bendecir hoy? ¿Para quién podremos ser hoy canales de bendición?

Conforme a la imagen de Aquel que lo creó. (Gén. 1:27)

Sermón por el Rdo. Dr. Juan G. Feliciano-Valera

Pastor Metodista Puertorriqueño

lunes, 29 de julio de 2013

Pedir a Dios que nos de Su Espíritu Santo hoy

S. Lucas 11:1-13 1Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. 5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Introducción. ¿Cuántos de nosotros(as) nos arriesgaremos a pedir a Dios que nos de Su Espíritu Santo hoy? Esta semana, aprendemos con Jesús cómo orar y qué esperar como resultado de nuestra oración. Si la mayoría de las congregaciones cristianas saben alguna oración "por escrito", lo más probable sea la Oración del Señor, el Padrenuestro. ¿Lo saben de memoria? ¿Lo recuerdan?

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

¿Qué falta? De la versión de Mateo: Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria por todos los siglos, de los siglos, ¡Amén!

A algunos de nosotros(as) se nos ha enseñado que el Padrenuestro es simplemente un modelo de oración, sobre todo una base para formar oraciones o incluso para la formación de un culto.

El evangelio de Lucas nos presenta lo que podría ser una versión familiar de la oración del Señor y el contexto en el cual es evidente que los discípulos estaban pidiendo a Jesús que les enseñara una oración específica para orar. "Señor, enséñanos a orar" significaba, y significa: "Señor, danos una oración; la oración que nos marcará, que nos distinguirá como Tus discípulos." Probablemente, cada Rabino tenía una oración que distinguía a sus discípulos. Juan les había enseñado una. Al darles una oración “modelo”, Jesús no les estaba dando palabras mágicas. Les daba, sin embargo, un lenguaje que tanto los marcaría, y con-formaría su relación con Dios y su Señor. Así que eso es lo que Jesús les da, una oración específica para que la utilicen. Con un corto y memorable: "Cuando oren deben decir esto," Jesús dejaba una marca indeleble, una huella imborrable que llega hasta nuestros días como señal de que somos discípulos del Señor Jesús. ¿Amén? ¡Amén! {Si vivimos para EL vivimos…}.

Lo que les enseñó Jesús fue una base para formar oraciones o incluso para la formación de un culto. Veamos.

1. Se nos ha enseñado que se empieza llamado a Dios, “Padre nuestro”, un Dios de familia, de comunidad. Toda oración debe estar dirigida a Dios. {Todo Culto a Dios debe comenzar con una oración a Dios, nuestro Padre.}

2. Luego, santificamos en nombre de Dios. Porque Dios es santo, sublime, perfecto, digno de ser adorado. {Cánticos de alabanza.}

3. Luego, le pedimos que Su reinado, su gobierno, Su autoridad, Su voluntad, Su soberanía venga y se haga sentir y tome dominio sobre nuestras vidas. {Oración de intercesión.}

4. Le pedimos, entonces, que provea lo necesario {ni más, ni menos} para el día. {Nos presentamos en el Altar y oramos por nuestras necesidades particulares.}

5. También le pedimos perdón y nos comprometemos a perdonar como EL nos ha perdonado. {Oración de Confesión. #299 HMVC.}

6. Y, finalmente, le rogamos que nos libre, que nos defienda, que no nos meta en la tentación y que nos libre del poder del maligno. {Acción de gracias.}

7. Y entonces, ¿Qué debemos esperar como respuesta? {¡EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS!}

¿Amén? ¡Amén! Esta es la oración “perfecta”, el orden del culto también.

¿Qué les parece si oramos juntos?

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

SEGUNDA PARTE. PERSISTENCIA. PERSEVERANCIA. CONSTANCIA. PACIENCIA. INSISTENCIA. RESISTENCIA. CONTINUIDAD. Es lo que Jesús nos pide que tengamos en la oración. ¿Es fácil? No. ¿Es rápido? No. ¿Es inmediato? No. Hay que seguir orando y esperando. ¿Amén? ¡Amén!

¿Si viene una visita nocturna a la casa de un amigo (llamando a la puerta), {y pide un pan o un pez}? ¿Le vamos a dar una serpiente? ¿Y si un hijo nos pide un huevo, le vamos a dar un escorpión? Jesús nos da algo más que una respuesta, EL nos da el Espíritu Santo de Dios.} Creo que es suficiente para sobrellevar cualquier carga, dolor, quebranto, situación, escases, sufrimiento, malestar, etc. ¿Y tú qué crees?

LLAMADO.

En este pasaje, los discípulos vieron a Jesús en el acto de orar. Ellos le dijeron: "Señor, enséñanos a orar..." La respuesta de Jesús a su súplica fue animar a sus seguidores a orar constantemente y persistentemente a Dios (versículos 2-4) para que Dios envíe al Espíritu Santo a ser el gobernante de su corazones (v. 13).

Vivimos en una época en la que hay una gran confusión acerca de la naturaleza y la función de la oración y de la forma en que el Espíritu Santo obra.

Tal vez es porque vivimos en una época en la que la gente no tiene mucha paciencia. No queremos que la gratificación se demore. Hemos sido condicionados a esperar resultados NOW, ahora, ya. No nos gusta tener que esperar. Esperamos la satisfacción inmediata de nuestros deseos y peticiones. Cuando escuchamos un sermón, queremos experimentar una respuesta emocional inmediata, el poder del Espíritu Santo que fluye en nosotros(as) como una comunicación directa de Dios. Y cuando oramos, esperamos obtener una respuesta inmediata. Pensamos en la oración como una manera de conseguir que Dios nos de lo que queremos.

Así que si sumamos todo esto, la expectativa de gratificación instantánea y una cultura que ha definido la oración como principalmente en conseguir lo que queremos de Dios, terminamos con una fe que no puede tener raíces muy profundas. Es posible que tengamos gente que pierden rápidamente el interés en el trabajo de crecimiento en la fe, que ocurre poco a poco, durante el período de toda la vida humana.

Jesús dijo que la oración es perseverancia. La acción del Espíritu Santo es gradual, que sucede durante un largo período de tiempo. Pero a pesar de que el cambio realizado en un corazón por el Espíritu Santo toma tiempo, debemos seguir orando a Dios para que envíe Su Espíritu a nuestros corazones. De hecho, Jesús da a entender que tenemos que rogar y suplicar a Dios por el Espíritu Santo para que entre en nosotros(as) y opere un cambio en nuestros corazones. En otras palabras, si usted no recibe una respuesta inmediata, hay que seguir intentándolo. Persevera. Esta es la forma en que debemos pedir a Dios el Espíritu Santo. Hemos de pedir día a día, y no estamos para tomar el silencio de Dios como señal de rechazo. Cuando oramos, debemos tomar la actitud de que somos hijos amados de Dios y Dios nos escucha.

¿Quién de ustedes, que son padres, le daría a su hijo una serpiente cuando el hijo le pide un pez, o una picadura de escorpión, cuando el niño pide un huevo? Dios sabe que lo que más necesitamos en esta vida es el Espíritu Santo para tener dominio sobre nuestras vidas y efectuar el cambio que necesitamos. Así que, de ahora en adelante, pidamos a Dios que envíe Su Espíritu Santo sobre nosotros(as). ¿Amén?

Dios sabe que el Espíritu Santo es lo que más necesitamos en nuestras vidas. Dios sabe. Dios sabe bien lo que necesitamos. Dios sabe que el remedio para nuestra situación es el trabajo lento y constante del Espíritu Santo para traer un cambio desde el interior, para que podemos llegar a ser catalizadores para el cambio para el bien en el exterior, y llevar una palabra de gracia y esperanza a la gente que realmente necesita la acción social de la Iglesia en la comunidad y que realmente necesitan una conexión con Cristo.

Creo que nos ha llamado Dios. Oremos.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.