domingo, 10 de noviembre de 2013

Sermón para el Retiro Congregacional

Sermón: ¿Podemos creerle a DIOS? ¡Entonces, No debemos temer!  
Retiro Congregacional Iglesia Metodista Villa Fontana 9 de noviembre de 2013

Génesis 15:1-12, 17-18
1 Después de esto, el Señor le habló a Abram en una visión y le dijo: —No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. 2–3 Pero Abram le contestó: —Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si tú bien sabes que no tengo hijos? Como no me has dado ningún hijo, el heredero de todo lo que tengo va a ser Eliézer de Damasco, uno de mis criados. 4 El Señor le contestó: —Tu heredero va a ser tu propio hijo, y no un extraño. 5 Entonces el Señor llevó a Abram afuera, y le dijo: —Mira bien el cielo, y cuenta las estrellas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes. 6 Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo 7 y le dijo: —Yo soy el Señor; yo te saqué de Ur de los caldeos para darte esta tierra como herencia. 8 —Pero, Señor y Dios, ¿cómo podré estar seguro de que voy a heredar esta tierra? —contestó Abram. 9 Y Dios le dijo: —Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma. 10 Abram trajo todos estos animales a Dios, los partió por la mitad y puso una mitad frente a otra; pero no partió las aves. 11 Y los buitres bajaban sobre los cuerpos de los animales muertos, pero Abram los espantaba. 12 Cuando empezaba a anochecer, Abram se quedó profundamente dormido. De pronto lo rodeó una gran oscuridad y sintió mucho miedo. 17 Cuando ya era de noche y todo estaba oscuro, apareció un horno que echaba humo y una antorcha encendida que pasaba por en medio de los animales partidos. 18 Aquel mismo día el Señor hizo una alianza con Abram y le dijo: —Esta tierra se la daré a tus descendientes, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates.

INTRODUCCIÓN. “Y Abram le creyó a DIOS.” (Gen. 15:6) Todo el mundo conoce este versículo. Por eso lo llaman a Abraham, “el Padre de la Fe,” porque siempre le creyó a DIOS. Pero, escuchemos bien lo primero que ocurrió en este pasaje bíblico. Lo primero que ocurrió fue que DIOS le habló a Abram. ¡Abram escuchó la dulce voz de DIOS! ¡ALELUYA! ¿Cuántos hemos escuchado la dulce, melodiosa y cariñosa voz de DIOS? Si tú no la has escuchado todavía, ¡Este es el Día que hizo el Señor! ¡Alerta! ¡Gózate! Pero, escuchemos bien La Palabra de DIOS. Lo primero que DIOS le dijo a Abram fue, que no tuviera miedo: “No tengas miedo, yo soy tu protector, Yo soy tu escudo, Yo soy tu Padre, Yo soy tu DIOS.” ¡Oigamos bien! {Repetir}
ATENCIÓN: Lo contrario de creerle a DIOS; lo contrario de la fe; el antónimo de la fe, no es dudar; lo contrario de la fe es tener miedo, temer a fracasar, temer a fallar, es desconfiar de DIOS. {REPETIR} ¡Oigamos bien La Palabra de DIOS! ¿Amén? Lo primero que se le dijo al Padre de la fe (a quien DIOS convertiría en Abraham, “padre de muchos”) fue: “No tengas miedo, yo soy tu protector, Yo soy tu escudo, Yo soy tu Padre, Yo soy tu DIOS.” ¡ALELUYA! ¿Saben algo? Esta es la primera vez que aparece DIOS diciendo: “No temas” en toda La Biblia. ¡Wow! Más de 50 versículos en donde aparece esta frase de fe. La segunda vez fue a Agar y la tercera a Isaac.
A la sierva Agar, madre de Ismael, el primer hijo de Abraham, DIOS le dijo también: “No temas.”
{Gen 21:17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.}


“No temas, yo estoy contigo, le diría a Moisés. También le diría a Josué, “No temas, como estuve con Moisés, así estoy contigo.” Jesús le diría a sus discípulos: “No teman, solo crean.” ¡ALELUYA! ¡Gloria a DIOS! No temer y creer van juntos de la mano.  Es la fe en DIOS.
El Apóstol Pablo le diría a los Filipenses, desde la cárcel (pero sin temor): “…nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, 21 que cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas.”
Jesús tampoco le tuvo miedo a Herodes y siguió su misión, sin miedo, sin temor. Por eso utiliza una imagen tan hermosa, como la de la gallina (la madre protectora) que guarda a sus pollitos debajo de sus alas (su escudo) para protegerlos. Así hace DIOS con nosotros(as). Por eso, si le creemos a DIOS, no hay que temer. Dígalo conmigo: ¡No tengo temor, ni miedo, porque DIOS está conmigo! ¡Amén!
Amados y Amadas: ¡Hay que creerle a DIOS! ¡Nos conviene creerle a DIOS! ¿Saben cómo podemos hacer esto? Confiando en DIOS. Confiar en DIOS es: descansar en ÉL, encomendarse a ÉL, fiarse en ÉL, reposar en ÉL, abandonarse a ÉL, entregarse a ÉL y no tener temor alguno porque ¡ÉL está con nosotros(as)! ¡Confiar en DIOS es creer en DIOS y es creerle a DIOS!
Amados: el tiempo que pasamos con DIOS tiene un impacto tremendo sobre nuestras vidas y sobre las vidas de aquellos que están a nuestro alrededor. Somos ejemplo para los demás. Los demás esperan ver nuestra fe puesta a prueba y salir victoriosa. ¿Amén? ¡No le permitamos al enemigo que nos enrede con críticas a la Iglesia, al pastor, a los hermanos, etc. ¿Amén? ¡Amén! Terminemos con eso. Si algo no nos gusta, oremos a DIOS para que lo cambie. A fin de cuentas, esta Obra le pertenece a DIOS. ¿Amén? ¡Amén!
Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y en oír su dulce voz, comienzan a ocurrir “cosas maravillosas,” cambios, sorpresas sublimes, emociones extraordinarias. Es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comienzan a ocurrir eventos, acontecimientos, aventuras de fe que transforman nuestra existencia, nuestras vidas y la de nuestras familias. Ocurren cambios extraordinarios en nuestras vidas. (Y las cosas que yo hacía, ya no las hago mas, hubo un cambio, cuando a CRISTO conocí...” )
Veamos algunas de las cosas que ocurren cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz (Hermanos y Hermanas ésta es nuestra parte, nuestra tarea; ¡dejemos lo demás a DIOS!):
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a desarrollar una perspectiva divina, santa, del Propósito de DIOS, del Plan de DIOS para nuestras vidas. Recuerdan el Salmo 27: El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? ¡Ay, hermanos y hermanas, que maravilloso plan tiene DIOS para cada una de nuestras vidas! DIOS ha dado mandamiento para salvarnos (Sal. 71.) DIOS envió a Su Único Hijo para salvarnos (Juan 3:16.) ¿Habrá un Plan más maravilloso que ese?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a ver las cosas con “ojos iluminados.” Todo se mira con una perspectiva divina; las penas, las alegrías, los problemas, las circunstancias, TODO, se vuelve más claro, más evidente. Las cosas que se miran con ojos iluminados por DIOS, se perciben con mayor claridad, con mayor sinceridad, franqueza, confianza, sencillez, naturalidad, con mayor transparencia. Ya no se ve solo “la apariencia,” sino que DIOS nos permite ver la esencia, la intención, la dimensión espiritual, la razón eternal, el toque del Reino. A esto le llaman “discernimiento espiritual.” ¡Wow! Nos conviene creerle a DIOS y pasar tiempo con ÉL. ¿Amén?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, comenzamos a entender cuáles son nuestros verdaderos problemas y cómo enfrentarlos. Cuando decidimos creerle a DIOS, las presiones de la vida comienzan a disiparse. Cuando “metemos mano” con DIOS y lo cogemos en serio y decidimos creer en Su Palabra y decidimos creerle cuando dice que no temamos, que ÉL nos defiende, ¡las presiones de la vida natural tienen que disiparse! No caben en un mismo corazón, las ansiedades y la Paz que DIOS nos da. ¡No caben! ¡No caben el temor y la fe! ¡No caben juntas! ¡No tratemos de acomodarlas juntas, que NO CABEN! ¿A ustedes no les ha pasado como a mí? Yo trato de “acomodar”, de hacer un huequito para mis ansiedades y angustias y problemas y culpas, y entonces trato de acomodarlas JUNTO con las promesas del Señor, con La Palabra de DIOS. Y lo que sale es una melcocha que me quita el sueño. ¡No caben! ¡No lo intentemos más! ¡Óigalo bien: cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, no caben las ansiedades del mundo y La Paz que solo CRISTO puede dar (el Shalom)! No quiere esto decir que no tendremos dificultades y angustias y aflicciones, no. Lo que Jesús nos dice es que recordemos (y que le creamos) cuando Él dijo: “¡En el mundo tendrán aflicciones, pero CONFÍEN, no tengan miedo, YO he vencido al mundo!” (Juan 16:33.) No debemos tener temor, porque ÉL está con nosotros(as) como poderoso gigante que nos defiende. Aunque vaya durmiendo en nuestra barca, ÉL va con nosotros(as). ¡ALELUYA! Aunque se levante viento y tempestad, no tenemos que tener temor, porque ÉL va con nosotros(as). Aunque andemos por el valle de sombra y de muerte, no tenemos que tener temor, porque ÉL va con nosotros(as). Nada nos podrá separar de Su Amor. Ni la angustia, ni la muerte, ni la vida, ni ninguna cosa creada, ni el temor, NADA. ¿Por qué temerle a un enemigo que ya fue vencido por CRISTO? Creámosle a La Palabra de DIOS y no a la fe tóxica que nos envenena el alma.
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comenzamos a experimentar PAZ. Jesús dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y tendréis PAZ en vuestras almas.” ¿Usted quiere conocer a alguien que pasara más tiempo con DIOS que Jesús, Su Hijo? No lo va a encontrar, porque su comunión era íntima, verdadera. Cuando uno tiene buenos padres, quiere pasar tiempo con ellos. ¿Saben qué? ¡Que aunque nosotros no queramos ser Sus hijos, DIOS quiere ser Nuestro Padre!
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, comienza la Paz de DIOS a obrar en nuestros corazones. Jesús dijo: “Mi paz les dejo, mi paz les doy. Yo no la doy como el mundo la da. No tengan miedo…” Jesús prometió dejarnos Su Paz (Juan 14:27.) Y en este mundo lleno de problemas, uno de los más grandes beneficios de creerle a DIOS es tener Su Paz en momentos difíciles. Paz no es solo la ausencia de guerra, sino la tranquilidad y la ausencia del temor que inmoviliza. ¡Paz, Paz, Cuan grande Paz la que CRISTO da!
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, descubrimos muchas bendiciones que DIOS tiene para regalarnos a cada uno de nosotros(as). Una de esas bendiciones es la posibilidad, la bendición de vivir una intimidad sincera y personal con DIOS. ¿Oyó bien? Piense en algún amigo o familiar muy querido por usted, su intimidad no surgió de la noche a la mañana, fue el resultado de una larga y estrecha relación de amor, confianza y comunicación. ¿Habrá alguien que dice Amén? ¿Cómo podremos desarrollar una intimidad sincera y personal con alguien si no invertimos tiempo precioso (no solo del que sobra) con esa persona? ¡Imposible! De la misma manera, no podemos tener familiaridad con DIOS si no le damos importancia y sacamos tiempo para estar con ÉL. Hay que invertir tiempo en las relaciones humanas, ahora, imagínese con DIOS. ¿Estará DIOS hablando con alguien aquí en esta mañana? ¿Amén?
&   Cuando invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz; es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, DIOS nos permite tener un corazón puro. DIOS hará surgir en nosotros(as) aquellas cosas que le bendicen y simultáneamente, arrancará, de raíz, aquellas cosas que no le agradan a DIOS. Por eso, DIOS se inventó eso del arrepentimiento y perdón de pecados. DIOS nos ofrece muchas oportunidades para enmendarnos, para limpiar nuestros corazones.
LLAMADO
¿Recuerdan a David en el Salmo 51? {“Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y solo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas.”} Lo escribió como producto de su amarga conciencia de que había pecado contra DIOS y se arrepintió. Su arrepentimiento ocurrió como resultado de su relación íntima, sincera, estrecha con DIOS y porque sabía que no podía esconderse de DIOS. Por eso, clama en el v. 3: “Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.” Si David no hubiese tenido una relación íntima y personal con DIOS, no le hubiese importado su pecado. Pero él sabía que había pecado contra DIOS. Ese reconocimiento, esa relación íntima con DIOS, le llevó al arrepentimiento y, como resultado, a la reconciliación con DIOS. Así mismo, cuando nosotros invertimos tiempo y espacio para concentrarnos en DIOS y oír su dulce voz, es decir, cuando decidimos creer en DIOS y creerle a DIOS, y nuestra relación se hace estrecha, personal, íntima, sincera con DIOS, nosotros permitimos que nuestra relación con DIOS penetre hasta lo más profundo de nuestros corazones, hasta lo más oscuro de nuestros corazones y desde allí surja un grito de angustia y arrepentimiento. Desde allí, con la ayuda de DIOS, podemos encontrar fortaleza para ACEPTAR el admirable, profundo y maravilloso amor y perdón de DIOS, es decir, Su Gracia, para nuestras vidas. ¡Aleluya!
Yo creo que DIOS nos ha hablado hoy. Vengamos con corazones dispuestos a invertir tiempo y espacio para DIOS y vengamos decididos a creerle a DIOS. Jerusalén no quiso creerle y ya ustedes saben lo que le pasó: vino la destrucción. Por eso, Jesús lloró por esta ciudad {34 “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero ustedes no quisieron! 35 Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les digo que no volverán a verme hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ”}. Pero, Jesús nos invita hoy a que recordemos Su Sacrificio y no lo hagamos vano, nulo, inútil, al contrario, que al recordarlo, nuestros corazones vengan arrepentidos y reciban perdón y reconciliación y nuestra intimidad sea sincera y estrecha con DIOS. Amén.

DIOS le dijo a Abram: “No temas, yo soy tu protector.” “Y Abram creyó al Señor, y por eso el Señor lo aceptó como justo.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario