lunes, 29 de julio de 2013

Pedir a Dios que nos de Su Espíritu Santo hoy

S. Lucas 11:1-13 1Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. 2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. 5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Introducción. ¿Cuántos de nosotros(as) nos arriesgaremos a pedir a Dios que nos de Su Espíritu Santo hoy? Esta semana, aprendemos con Jesús cómo orar y qué esperar como resultado de nuestra oración. Si la mayoría de las congregaciones cristianas saben alguna oración "por escrito", lo más probable sea la Oración del Señor, el Padrenuestro. ¿Lo saben de memoria? ¿Lo recuerdan?

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

¿Qué falta? De la versión de Mateo: Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria por todos los siglos, de los siglos, ¡Amén!

A algunos de nosotros(as) se nos ha enseñado que el Padrenuestro es simplemente un modelo de oración, sobre todo una base para formar oraciones o incluso para la formación de un culto.

El evangelio de Lucas nos presenta lo que podría ser una versión familiar de la oración del Señor y el contexto en el cual es evidente que los discípulos estaban pidiendo a Jesús que les enseñara una oración específica para orar. "Señor, enséñanos a orar" significaba, y significa: "Señor, danos una oración; la oración que nos marcará, que nos distinguirá como Tus discípulos." Probablemente, cada Rabino tenía una oración que distinguía a sus discípulos. Juan les había enseñado una. Al darles una oración “modelo”, Jesús no les estaba dando palabras mágicas. Les daba, sin embargo, un lenguaje que tanto los marcaría, y con-formaría su relación con Dios y su Señor. Así que eso es lo que Jesús les da, una oración específica para que la utilicen. Con un corto y memorable: "Cuando oren deben decir esto," Jesús dejaba una marca indeleble, una huella imborrable que llega hasta nuestros días como señal de que somos discípulos del Señor Jesús. ¿Amén? ¡Amén! {Si vivimos para EL vivimos…}.

Lo que les enseñó Jesús fue una base para formar oraciones o incluso para la formación de un culto. Veamos.

1. Se nos ha enseñado que se empieza llamado a Dios, “Padre nuestro”, un Dios de familia, de comunidad. Toda oración debe estar dirigida a Dios. {Todo Culto a Dios debe comenzar con una oración a Dios, nuestro Padre.}

2. Luego, santificamos en nombre de Dios. Porque Dios es santo, sublime, perfecto, digno de ser adorado. {Cánticos de alabanza.}

3. Luego, le pedimos que Su reinado, su gobierno, Su autoridad, Su voluntad, Su soberanía venga y se haga sentir y tome dominio sobre nuestras vidas. {Oración de intercesión.}

4. Le pedimos, entonces, que provea lo necesario {ni más, ni menos} para el día. {Nos presentamos en el Altar y oramos por nuestras necesidades particulares.}

5. También le pedimos perdón y nos comprometemos a perdonar como EL nos ha perdonado. {Oración de Confesión. #299 HMVC.}

6. Y, finalmente, le rogamos que nos libre, que nos defienda, que no nos meta en la tentación y que nos libre del poder del maligno. {Acción de gracias.}

7. Y entonces, ¿Qué debemos esperar como respuesta? {¡EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS!}

¿Amén? ¡Amén! Esta es la oración “perfecta”, el orden del culto también.

¿Qué les parece si oramos juntos?

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

SEGUNDA PARTE. PERSISTENCIA. PERSEVERANCIA. CONSTANCIA. PACIENCIA. INSISTENCIA. RESISTENCIA. CONTINUIDAD. Es lo que Jesús nos pide que tengamos en la oración. ¿Es fácil? No. ¿Es rápido? No. ¿Es inmediato? No. Hay que seguir orando y esperando. ¿Amén? ¡Amén!

¿Si viene una visita nocturna a la casa de un amigo (llamando a la puerta), {y pide un pan o un pez}? ¿Le vamos a dar una serpiente? ¿Y si un hijo nos pide un huevo, le vamos a dar un escorpión? Jesús nos da algo más que una respuesta, EL nos da el Espíritu Santo de Dios.} Creo que es suficiente para sobrellevar cualquier carga, dolor, quebranto, situación, escases, sufrimiento, malestar, etc. ¿Y tú qué crees?

LLAMADO.

En este pasaje, los discípulos vieron a Jesús en el acto de orar. Ellos le dijeron: "Señor, enséñanos a orar..." La respuesta de Jesús a su súplica fue animar a sus seguidores a orar constantemente y persistentemente a Dios (versículos 2-4) para que Dios envíe al Espíritu Santo a ser el gobernante de su corazones (v. 13).

Vivimos en una época en la que hay una gran confusión acerca de la naturaleza y la función de la oración y de la forma en que el Espíritu Santo obra.

Tal vez es porque vivimos en una época en la que la gente no tiene mucha paciencia. No queremos que la gratificación se demore. Hemos sido condicionados a esperar resultados NOW, ahora, ya. No nos gusta tener que esperar. Esperamos la satisfacción inmediata de nuestros deseos y peticiones. Cuando escuchamos un sermón, queremos experimentar una respuesta emocional inmediata, el poder del Espíritu Santo que fluye en nosotros(as) como una comunicación directa de Dios. Y cuando oramos, esperamos obtener una respuesta inmediata. Pensamos en la oración como una manera de conseguir que Dios nos de lo que queremos.

Así que si sumamos todo esto, la expectativa de gratificación instantánea y una cultura que ha definido la oración como principalmente en conseguir lo que queremos de Dios, terminamos con una fe que no puede tener raíces muy profundas. Es posible que tengamos gente que pierden rápidamente el interés en el trabajo de crecimiento en la fe, que ocurre poco a poco, durante el período de toda la vida humana.

Jesús dijo que la oración es perseverancia. La acción del Espíritu Santo es gradual, que sucede durante un largo período de tiempo. Pero a pesar de que el cambio realizado en un corazón por el Espíritu Santo toma tiempo, debemos seguir orando a Dios para que envíe Su Espíritu a nuestros corazones. De hecho, Jesús da a entender que tenemos que rogar y suplicar a Dios por el Espíritu Santo para que entre en nosotros(as) y opere un cambio en nuestros corazones. En otras palabras, si usted no recibe una respuesta inmediata, hay que seguir intentándolo. Persevera. Esta es la forma en que debemos pedir a Dios el Espíritu Santo. Hemos de pedir día a día, y no estamos para tomar el silencio de Dios como señal de rechazo. Cuando oramos, debemos tomar la actitud de que somos hijos amados de Dios y Dios nos escucha.

¿Quién de ustedes, que son padres, le daría a su hijo una serpiente cuando el hijo le pide un pez, o una picadura de escorpión, cuando el niño pide un huevo? Dios sabe que lo que más necesitamos en esta vida es el Espíritu Santo para tener dominio sobre nuestras vidas y efectuar el cambio que necesitamos. Así que, de ahora en adelante, pidamos a Dios que envíe Su Espíritu Santo sobre nosotros(as). ¿Amén?

Dios sabe que el Espíritu Santo es lo que más necesitamos en nuestras vidas. Dios sabe. Dios sabe bien lo que necesitamos. Dios sabe que el remedio para nuestra situación es el trabajo lento y constante del Espíritu Santo para traer un cambio desde el interior, para que podemos llegar a ser catalizadores para el cambio para el bien en el exterior, y llevar una palabra de gracia y esperanza a la gente que realmente necesita la acción social de la Iglesia en la comunidad y que realmente necesitan una conexión con Cristo.

Creo que nos ha llamado Dios. Oremos.

Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Amén.

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