A propósito, ¿Qué haríamos si nos encontráramos delante de la presencia del Señor? ¿Qué nos enseñan estos 6 versículos? ¿Qué hizo María que inquietó tanto a Marta como para quejarse? María escogió la mejor parte, gozarse en la presencia del Señor. ¡Allí estaba Jesús: la gloria de Dios humanizada! ¿Qué le está diciendo Jesús a Marta y a todos(as) nosotros(as), los que nos preocupamos tanto por las cosas del mundo? Jesús nos dice que hay que disfrutar la gloria y la presencia del Señor, hoy, aquí y ahora. ¿Amén? ¡Amén!
“Porque de ÉL, por ÉL y para ÉL son todas las cosas. A ÉL sea la gloria por los siglos. Amén.” (Rom. 11:36, VRV.) Todo es para ÉL. El objetivo final del universo es mostrar la gloria de DIOS. La gloria de DIOS es el porqué de la existencia de todo, incluso de nuestras vidas. {¡Tu vida muestra la gloria del Señor!} DIOS hizo todo para su gloria. Sin la gloria de DIOS no habría nada y Dios nos da la oportunidad de gozarnos en Su presencia, de Su gloria, hoy, aquí y ahora.
¿Qué es la gloria de DIOS?
o Es la esencia de su naturaleza, {Dios es glorioso; está lleno de gloria}
o Es el peso de su importancia, {la gloria de Dios refleja su trascendencia; porque Dios es inmanente y trascendente.}
o Es el brillo de su esplendor, {Dios es luz}
o Es la demostración de su poder {porque Dios es todo poderosos} y
o Es la atmósfera de su presencia {porque en EL hay quietud, paz, gozo, etc.}
La gloria de DIOS es la expresión de su bondad y todas las demás cualidades intrínsecas y eternas de su persona. Todo lo creado refleja la gloria de DIOS. “Los cielos cuentan la gloria de DIOS.” (Salmo 19:1, VRV.)
A través de la historia, DIOS ha revelado su gloria a personas en distintas circunstancias. Se reveló en el Jardín del Edén, luego a Moisés, después en el tabernáculo y el templo, luego a Jesús y a María y a Marta y a sus discípulos y, ahora, se revela por medio de la Iglesia a toda la humanidad sufriente. ¡Si hemos sufrido es para poder consolar a otros(as) mostrando la gloria del Señor que está sobre nosotros(as).
En el pasado la gloria de Dios se presentó como fuego consumidor, una nube, truenos, humo y una luz brillante. Pero, la gloria de DIOS se ve mejor en Jesucristo. ÉL, la luz del mundo, ilumina la naturaleza de DIOS. Gracias a Jesús, ya no estamos más en oscuridad con respecto a lo que DIOS realmente es. La Biblia dice que: “El Hijo es el resplandor de la gloria de DIOS.” (Hebreos 1:3, VRV) y nosotros(as) somos continuación de Su obra. Jesús vino al mundo para que pudiéramos entender cabalmente la gloria de DIOS. Su Palabra declara que: “Aquel, que es la Palabra, se hizo hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.” (Juan 1:14, DHH.)
DIOS posee una gloria inherente porque es DIOS. Es así por naturaleza. No podemos agregar, ni quitar nada a esa gloria, así como tampoco podemos añadirle ni quitarle brillo al sol.
AMADOS y AMADAS: Tenemos un mandamiento, una oportunidad: Debemos reconocer su gloria, honrar su gloria, declarar su gloria, alabar su gloria, reflejar su gloria y vivir para su gloria. ¿Algún Amén? DIOS se merece toda la honra y alabanza que seamos capaces de darle. Su Palabra dice: “Tú eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas; por tu voluntad existen y han sido creadas.” (Apoc. 4:11, DHH.) ¿Cómo podemos nosotros(as) darle gloria a Dios?
“Todos los que llevan mi nombre, a los que yo creé y formé, a los que hice para gloria mía.” (Isaías 43:7, DHH.) Fuimos creados para glorificar, para hablar bien de Dios (Salmo 103). Esa es nuestra meta suprema. Así cumplimos los propósitos principales de DIOS al darnos vida en esta tierra. Veamos cómo podemos darle la gloria a Dios.
1. Glorificamos a DIOS cuando lo adoramos. La adoración a DIOS es nuestra primera responsabilidad. Adoramos a DIOS cuando propiciamos y disfrutamos de Su compañía, de Su presencia. La adoración es más que alabanza, canto y oración a DIOS. Es un estilo de vida que implica gozar de DIOS, amarlo y entregarle nuestra vida para que la use de acuerdo a sus propósitos. Cuando usamos nuestra vida para la gloria de DIOS, todo lo que hacemos se convierte en un acto de adoración.
2. Glorificamos a DIOS cuando amamos a los demás discípulos de Jesús. Con el nuevo nacimiento nos convertimos en miembros de la familia de DIOS. Seguir a Cristo no es sólo cuestión de creer; también implica pertenecer a su familia y aprender a amarla. Aprender de DIOS a amar como DIOS ama; perdonar como DIOS perdona; bendecir como DIOS bendice; hacer misericordia como DIOS hace misericordia; tener compasión como DIOS tiene compasión; hacer justicia como DIOS hace justicia. Todo y primero con la familia de la fe. {“…En lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré…}
3. Glorificamos a DIOS cuando nos asemejamos más a Cristo. Cuando nacemos en la familia de DIOS, El quiere que crezcamos hasta alcanzar la madurez espiritual; es decir, pensar, sentir y actuar como lo haría Jesús. “DIOS te ama como tu eres, pero no quiere dejarte así; quiere que seas como Jesús” (Max Lucado.) ¡Crezcamos hoy a la estatura de Cristo! Esto glorifica a DIOS. ¡Seamos discípulos radicales!
4. Glorificamos a DIOS cuando servimos a los demás con nuestros dones. DIOS nos diseñó a cada uno de nosotros de forma única. A cada uno nos dio talentos, dones, habilidades y destrezas para que las usemos en beneficio y servicio a los demás. Los demás tienen las suyas propias para beneficio nuestro.
5. Glorificamos a DIOS cuando le testificamos a los demás. DIOS no quiere que su amor y sus propósitos sean un secreto. Una vez que conocemos la verdad, DIOS espera que la comuniquemos a los demás. La Biblia dice: “Todo esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios.” (2 Cor. 4:15, DHH.)
Llamado.
Vivir el resto de nuestras vidas para la gloria de DIOS requiere cambios en nuestras prioridades, en nuestros planes, en nuestras relaciones, en todo. Jesús se enfrentó a una encrucijada similar y se angustió. Su respuesta fue: “¡Siento en este momento una angustia terrible! ¿Y qué voy a decir? ¿Diré: ‘Padre, líbrame de esta angustia’? ¡Pero precisamente para esto he venido! Padre, glorifica tu nombre.” (Juan 12:27-28, DHH.)
¿Cuál será nuestra respuesta? ¿Para quién viviremos? ¿Para tener una vida cómoda y placentera o afanados a los “deberes” del mundo (como Marta) o viviremos para glorificar a DIOS? ¿Viviremos para nuestras propias metas o para la gloria de DIOS? Jesús nos dará todo lo que necesitamos para vivir una vida con el propósito de glorificar a DIOS. No te angusties, ya Jesús lo hizo por ti; y venció. ¡Padre, glorifica tu nombre!
¿Cuántos aceptarán el reto, la invitación, la oferta de DIOS de hacernos hijos/as que glorifican a DIOS hoy? Dos pasos tenemos que dar, cada uno de nosotros(as):
1. Cree que DIOS te ama y que te creó para sus propósitos. Cree que no fuiste un accidente. Cree que te prepararon para durar para siempre. Cree que DIOS te eligió a ti para que tuvieras una relación con Jesús, quien murió por nosotros(as) en la cruz. Cree que, sin importar lo que hayas hecho, DIOS quiere perdonarte.
2. Acéptalo. Acepta a Jesús como tu Señor y Salvador. Acepta el perdón de tus pecados. Acepta su Espíritu Santo, que te dará poder para cumplir el propósito de Dios en tu vida. ¡Gózate en Su presencia!
Oremos. Jesús, creo en ti y te acepto como Señor y Salvador de mi vida. Amén. OH, DIOS cúmplase en mí tus propósitos. En el Nombre de Jesús, ¡Amén!
Sermón del Rdo. Dr. Juan G. Feliciano-Valera basado en parte en el libro de Rick Warren, Una Vida con Propósito Miami, 2003.
Gracias mi Pastor. Quiero ser su proposito en mi! Soy una obra en construccion. Cada dia mejor para Su Gloria!
ResponderEliminarGloria a Dios! Eso es: Estamos en construcción! No somos perfectos todavía, solo somos gente perdonada que busca "la perfección". Aleluya!
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